En una audiencia celebrada en el Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, fue aplazada la solicitud de medida de coerción contra los hermanos Antonio y Maribel Espaillat, propietarios de la discoteca Jet Set, acusados por el desplome del techo del establecimiento el pasado 8 de abril. La defensa alegó no haber sido notificada adecuadamente, por lo que el juez Rigoberto Sena otorgó un plazo hasta el miércoles para reanudar la audiencia y permitió que más víctimas depositen querellas.
Durante la jornada judicial, Maribel Espaillat fue vista visiblemente afectada, mientras que su hermano Antonio llegó con casco y chaleco de seguridad. El Ministerio Público, representado por Wilson Camacho, calificó la conducta de los imputados como “una muestra absoluta de desprecio a la vida humana”, indicando que la acusación está sustentada por más de 130 pruebas. Camacho sostuvo además que existe peligro procesal, por lo que solicita prisión preventiva para Antonio y arresto domiciliario para Maribel.
Víctimas del incidente, como Aracelis Santana y Crismarlin Encarnación, relataron el trauma que siguen padeciendo, mientras se sumaron 30 nuevas querellas que califican el caso como homicidio voluntario. La defensa de las víctimas alega que, aunque los imputados no causaron el desplome de forma directa, eran conscientes de los riesgos y continuaron operando el negocio.
