La extracción descontrolada de materiales en el cauce del río Nizao ha provocado una ola de denuncias por parte de líderes comunitarios, religiosos y políticos, quienes aseguran que este afluente vital está siendo depredado sin que las autoridades actúen. En una visita al balneario conocido como La Neverita, una comisión del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) denunció que granceras y camiones entran a diario al río, destruyendo su lecho ante la mirada indiferente de los organismos responsables.
La delegación del PLD, encabezada por su secretario general Johnny Pujols y su titular de Medio Ambiente Alfonso Ureña, leyó un manifiesto en el que afirman que este emblemático río se encuentra en estado crítico, con su cauce alterado por maquinaria pesada y sus aguas cada vez más escasas. Coinciden con las recientes declaraciones del obispo Faustino Burgos y del director distrital de Las Barias, quienes han advertido que la situación representa un atentado ecológico que amenaza no solo a la biodiversidad, sino también a miles de familias que dependen del Nizao para el riego, el consumo y la producción de energía.
El río Nizao abastece de agua potable a más de 1.7 millones de personas, irriga más de 14 mil hectáreas agrícolas y alimenta un complejo hidroeléctrico que genera energía limpia. Sin embargo, tanto líderes sociales como autoridades locales denuncian que su lecho ha sido reducido a zanjas por el saqueo de agregados, incluyendo recientes extracciones en zonas protegidas como Rancho Arriba. En medio del Día Mundial del Medio Ambiente, el PLD cuestionó duramente la ausencia del Estado y exigió acciones urgentes para frenar la desaparición de este recurso estratégico.
