A pesar de que las empresas distribuidoras de electricidad han aumentado la compra de energía en un 13.9%, el suministro sigue siendo insuficiente, generando un incremento en las quejas de los usuarios y en el uso de alternativas como plantas eléctricas e inversores.
Durante la gestión del presidente Luis Abinader, el sector eléctrico ha mostrado un notable retroceso. Las pérdidas de energía en las distribuidoras, que se habían reducido a 28% para finales de 2019, se han elevado al 36.9% según el Informe de Desempeño del Sector Eléctrico del Ministerio de Energía y Minas. Esta situación se refleja en un aumento de los apagones y en la persistente alta facturación que enfrentan los usuarios.
El número de reclamaciones de los clientes de las principales distribuidoras de electricidad ha crecido significativamente. En el primer trimestre del año, Edeeste recibió 6,609 quejas, Edesur 3,310, y Edenorte 2,054. En el último trimestre de 2023, estos números aumentaron a 12,840 para Edeeste, 6,822 para Edesur, y 4,501 para Edenorte. La mayoría de las quejas se relacionan con facturas elevadas.
El Pacto Eléctrico, aprobado en 2021, establecía medidas para mejorar el sistema eléctrico y reducir las pérdidas a un máximo del 15% en seis años. Sin embargo, a casi tres años de su firma, las pérdidas no han disminuido y el déficit financiero del sector sigue siendo considerable. Entre enero y marzo de este año, las distribuidoras tuvieron ingresos de US$465.1 millones, mientras que los gastos alcanzaron los US$784.5 millones, resultando en un déficit de US$319.3 millones.
El gobierno ha destinado recursos significativos al subsidio del sector eléctrico, con transferencias que totalizan RD$22,425.1 millones hasta el primero de marzo de este año, un incremento de RD$21,331.2 millones en comparación con el mismo período del año anterior. A pesar de estas inversiones, los problemas del sector persisten, evidenciando la necesidad de una reforma estructural efectiva.
