Los Guaricanos enfrenta una situación desoladora luego de las fuertes lluvias que azotaron la zona, dejando a sus residentes en medio del desamparo. En el sector de Los Macos, María Reyes comparte su dramática experiencia al perder prácticamente todo debido a la crecida de una cañada cercana.
Santa Sierra, una de las afectadas, relata cómo las aguas subieron hasta el techo de su casa, destruyendo su tienda de ropa y con ella, años de esfuerzo y ahorros. «Eso era con mi esfuerzo, yo trabajo, yo te limpio una casa y hago de todo para ganarme mi dinero y eso yo lo invierto en mi negocio», lamenta Santa.
La pérdida de mercancía es solo el comienzo de la tragedia para Santa, quien ahora se encuentra sin un lugar donde dormir, con camas afuera y su hogar lleno de lodo. A pesar de la desesperación, agradece estar con vida, aunque destaca la ausencia de ayuda oficial. Esta junto a otros residentes, clama por oportunidades de empleo para reconstruir sus vidas.
El amarillo del lodo cubre las calles de Los Macos, mostrando los estragos dejados por las inundaciones. Colchones, gaveteros, lavadoras y otros enseres domésticos se amontonan en las aceras, mientras los residentes, como Ezequiel Rosario, se ven obligados a dormir en el suelo, con sus pertenencias dañadas y secándose al sol.
La situación de desamparo se evidencia en cada rincón de Los Guaricanos, donde los moradores, como Marianyi Yang, lamentan la pérdida de sus bienes materiales. La necesidad de ayuda urgente y la búsqueda de empleo son clamores que resuenan en medio de la devastación.
