Kamala Harris está a punto de hacer historia nuevamente, ya que podría convertirse en la primera mujer y la primera persona negra en ocupar la presidencia de Estados Unidos. Esto surge tras la sorpresiva decisión del presidente Joe Biden de retirar su candidatura para la reelección, respaldando a Harris como su sucesora.
Biden, de 81 años, anunció su retiro tras un desempeño insatisfactorio en el debate, lo que levantó preocupaciones sobre su capacidad para un segundo mandato. El mandatario describió a Harris como «la mejor decisión que he tomado» y urgió a los demócratas a unirse para vencer al candidato republicano Donald Trump en las próximas elecciones.
Harris, de 59 años, expresó su gratitud por el apoyo de Biden y su determinación de ganar la nominación demócrata. «Me siento honrada de contar con el respaldo del presidente y mi intención es obtener y ganar esta nominación», afirmó. La vicepresidenta ha recorrido el país destacando la importancia de las elecciones y ha sido una voz prominente en temas como los derechos al aborto y la lucha contra la violencia armada.
La FDC, con más de 63,000 afiliados en toda la nación, ha manifestado un fuerte respaldo a Harris, aunque su nominación no es segura aún. Algunas voces dentro del partido sugieren una «miniprimaria» para evaluar otros candidatos antes de la convención en Chicago el próximo mes.
Según una encuesta reciente, el 60% de los demócratas cree que Harris haría un buen trabajo como presidenta, aunque su popularidad general está dividida entre la población estadounidense. Harris, exfiscal y exsenadora de California, ha enfrentado desafíos y críticas, pero también ha demostrado resiliencia y capacidad de liderazgo.
Si logra ganar la nominación y la elección, Harris romperá múltiples barreras, consolidándose como una figura histórica en la política estadounidense.
