Rafaela Alburquerque, conocida popularmente como Lila, afirmó que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) está siendo destruido por el karma, al igual que ocurrió con el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Alburquerque, una destacada figura del PRSC, subrayó que estos eventos son un ejemplo claro de la ley del karma en acción.
«El karma es terrible. Todo lo que está pasando ahora mismo al PLD, que destruyó al PRSC y al PRD, es la ley del karma: ahora los están destruyendo a ellos. Volvieron a su origen, doce diputaditos era lo que tenían cuando los conocí, ahora trece,» expresó Alburquerque.
Aunque Alburquerque lamenta la situación del PLD, resalta que no se alegra del mal ajeno, recordando que el PLD le prestó su boleta en algún momento, y mantiene respeto hacia los miembros de ese partido, incluyendo su amistad con el expresidente Medina.
En cuanto al PRSC, Alburquerque reconoce que el partido no tiene la estructura partidaria de antaño y que sus miembros han migrado a otros partidos. «El reformista no va a desaparecer porque es un sentimiento, pero sí me da pena que seamos un partido minoritario,» añadió.
Lila Alburquerque inició su carrera política en 1986 con el PRSC, gracias al apoyo de Joaquín Balaguer, a quien considera su mentor y gran influencia. Relata cómo Balaguer la descubrió en su natal San Pedro de Macorís y la impulsó a seguir una carrera política.
Fue la primera mujer en presidir la Cámara de Diputados en toda Latinoamérica y el Caribe, cargo que ocupó desde 1999 hasta 2003. Además, fue diputada hasta 2010 y embajadora en Taiwán. En 2016 y 2020, volvió a ser elegida diputada, aunque ahora ya no ocupa ese cargo.
Alburquerque recordó un incidente en el que fue detenida en Chile por portar una pistola olvidada en su cartera, un evento que no ha empañado su carrera. Actualmente, Lila está escribiendo un libro sobre su vida titulado «Yo, Lila».
Con una larga trayectoria en la política dominicana, Lila Alburquerque sigue siendo una figura influyente y respetada, a pesar de los altibajos de su partido y de su propia carrera.
