En medio de la conmoción causada por las recientes tragedias por fuegos en el país, se hace evidente la urgente necesidad de establecer un Banco de Piel y Tejidos en República Dominicana. Al menos 41 personas, entre ellos niños, han perdido la vida en solo dos explosiones en un lapso de siete meses, resaltando la falta de una infraestructura adecuada para atender a los pacientes quemados.
El último suceso, ocurrido durante el carnaval de Salcedo, dejó un saldo de cuatro muertos, incluyendo tres niños, y varios heridos en estado crítico. Ante esta tragedia, el Gobierno dominicano se vio obligado a solicitar ayuda a México para obtener casi 4,000 cm2 de tejido de piel humana.
Expertos del sector sanitario, incluyendo al neurocirujano José Joaquín Puello y al maestro de medicina Marcos A. Núñez, han destacado la importancia de contar con un banco de piel y tejidos en el país. Además, se ha resaltado la necesidad de concienciar a la población sobre la prevención de incendios, que son recurrentes en República Dominicana.
El senador por Salcedo, Bautista Rojas Gómez, ha impulsado en el Congreso una modificación a la Ley 329-98 de trasplantes, que contempla la creación de un banco nacional de piel y tejidos. Esta reforma es vista como fundamental para complementar los esfuerzos en materia de salud y prevenir nuevas tragedias.
En tanto, el neurocirujano Puello ha instado a concluir la construcción de la unidad de quemados del complejo hospitalario Luis Eduardo Aybar, la cual se encuentra paralizada desde hace tres años. Asimismo, se ha abogado por la especialización de más cirujanos en el tratamiento de quemaduras, así como por la creación de unidades especializadas en diferentes regiones del país.
La necesidad de un Banco de Piel y Tejidos se ha convertido en un clamor unánime en la sociedad dominicana, que busca fortalecer el sistema de atención a los quemados y prevenir nuevas tragedias causadas por incendios.
