La Portavocía del Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha lanzado una contundente respuesta al reciente informe del Departamento de Estado de Estados Unidos que acusaba a China de invertir sumas significativas en la difusión de desinformación a nivel global. En su declaración, el Ministerio chino etiquetó a los Estados Unidos como un «imperio de engaños».
El comunicado emitido el sábado sostiene que el informe estadounidense en sí es una fuente de desinformación al tergiversar los hechos y la verdad. China argumenta que Estados Unidos ha sido el pionero en la «instrumentalización del espacio de información global» y lo utiliza para la propaganda y la infiltración bajo la fachada de «compromiso global». Lo describen como un centro de comando de «guerra perceptual» y una fuente de desinformación.
La Portavocía de China también hizo referencia a episodios históricos, como la Operación Mockingbird, que manipuló a los medios de comunicación durante la Guerra Fría, y la difusión de información falsa para justificar conflictos en Irak y Siria. Además, defendió su posición ante las acusaciones de abusos a los derechos humanos en Xinjiang, describiendo tales afirmaciones como «enormes mentiras».
El comunicado concluye destacando que la estrategia de Estados Unidos de prevalecer en la guerra de la información mediante la producción de mentiras no engañará a la población mundial, subrayando su compromiso con la verdad.
Esta controversia surge luego de que Estados Unidos acusara a China de promover la censura y el «autoritarismo digital» en todo el mundo a través de métodos engañosos y coercitivos como parte de sus esfuerzos propagandísticos. El informe del Departamento de Estado advierte a otros países sobre las inversiones significativas de China en la manipulación de la información para promover una imagen favorable de su nación.
Es importante señalar que estas tensiones persisten a pesar de los esfuerzos para establecer canales de comunicación estables entre ambos países, así como la posible reunión entre los presidentes Joe Biden y Xi Jinping antes de fin de año.
