En los tres años de gobierno de Luis Abinader con el Partido Revolucionario Moderno (PRM), la región Norte ha sido escenario de al menos siete paros convocados por grupos populares y sociales. Aunque las demandas de estos movimientos son claras, las protestas en el Cibao continúan siendo una realidad persistente.
Raúl Monegro, vocero del Frente Amplio de Lucha Popular (FALPO), señala que después de cada paro, el gobierno inicia algunas obras, las detiene, y luego surge la necesidad de nuevos paros para obtener respuestas. Monegro destaca la actitud de las autoridades, describiéndola como temerosa y, ante la falta de soluciones, critica la respuesta «represiva y cobarde». Asegura que el pueblo responde con contundencia y civismo.
La última paralización regional, que inició a las 6:00 a.m. de ayer y se extenderá hasta las 6:00 a.m. de hoy, busca que el gobierno responda a necesidades fundamentales como el suministro de agua potable, mejoras en los servicios médicos, construcción de escuelas y la conclusión de obras detenidas.
Aunque ciudades como San Francisco de Macorís, Moca y otras localidades del Cibao se suman al llamado a huelga, Santiago mantiene sus labores con parte del comercio operativo pero con poca afluencia de clientes.
Este último paro se suma a manifestaciones anteriores, siendo la más reciente a finales de septiembre, donde el Falpo se unió a grupos populares y juntas de vecinos de Las Guáranas y Pimentel. En abril, la región también fue testigo de protestas bajo demandas que incluían la eliminación de las AFP y las ARS, reducción de tarifas eléctricas, medicamentos y la canasta familiar. La manifestación resultó en heridos, destacando el caso de un civil en San Francisco de Macorís.
