Los idílicos bosques de Dajabón, situados en la zona fronteriza caracterizada por su exuberante vegetación, están siendo amenazados por una fuerza destructiva: la mano del hombre.
Durante los últimos seis meses del año 2023, extensas áreas forestales de esta provincia en el norte de la frontera entre la República Dominicana y Haití han caído víctimas de constantes incendios. La mayoría de estos siniestros se atribuyen a individuos con intereses personales.
El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales ha registrado 68 incendios en este período, afectando más de 20 mil tareas de tierra, equivalentes a unos 12 kilómetros cuadrados, cubiertas de pasto y árboles. Las áreas más impactadas por estos desastres se encuentran en El Corozo, Cruz de Cabrera, Guayajayuco y Río Limpio, en el municipio de Restauración.
Las autoridades medioambientales señalan que muchos de estos incendios parecen ser provocados por inmigrantes haitianos, con el fin de crear parcelas de cultivo y otras actividades agrícolas, siguiendo las indicaciones de terratenientes dominicanos.
Oneida González, encargada de la oficina de Medio Ambiente en Dajabón, destacó que han presentado cargos legales contra 18 personas acusadas de haber causado algunos de estos más de 60 incendios forestales. También explicó que imponen sanciones administrativas a otros responsables, especialmente a propietarios dominicanos, ya que son quienes contratan a los extranjeros para iniciar los incendios y posteriormente desarrollan actividades agropecuarias en las tierras quemadas.
Para recuperar las áreas afectadas, el Ministerio ha iniciado una serie de jornadas de reforestación, plantando árboles que ayudarán a restablecer los recursos naturales perdidos debido a los incendios. Estos árboles se concentran en las cuencas altas de ríos como el Artibonito, Chacuey, Maguaca, Masacre, entre otros. Las especies plantadas incluyen Mara, Bambúes, Cabirma, Corazón de Paloma y Algarrobo.
A pesar de estos esfuerzos, las autoridades reconocen que el clima desempeñará un papel crucial en la recuperación de las áreas afectadas. Además de los incendios, la ganadería irresponsable también ha contribuido a la deforestación en Dajabón.
Oneida González resalta que el desafío principal que enfrentan para recuperar los espacios perdidos en las reservas naturales de la zona fronteriza incluye la agricultura migratoria, la práctica de conuquismo y la ganadería.
Los ecologistas advierten sobre el impacto del comercio ilegal de árboles, que se lleva a cabo bajo la sombra de los permisos otorgados por la entidad ambiental para el corte de madera. Argumentan que la tala de árboles ha aumentado desde la administración de Leonel Fernández en 1996-2000, después de que estos permisos fueran suspendidos durante los 12 años de gobierno de Joaquín Balaguer.
En la actualidad, más de 20 aserraderos operan en Dajabón en una extensión de 276.12 kilómetros cuadrados. Los ecologistas señalan que, en muchos casos, se entregan permisos para cortar 10 árboles, pero se extraen cientos sin supervisión. Estos árboles se destinan tanto al mercado dominicano como haitiano.
Los representantes de la Sociedad Ecológica de Restauración destacan que esta práctica está teniendo un impacto negativo en los caudales de los ríos locales, y que se necesita una acción inmediata para detener la deforestación que amenaza la zona fronteriza.
