El municipio de Nizao, en la provincia Peravia, enfrenta una grave crisis ambiental debido a un vertedero improvisado que se ha convertido en una amenaza para la salud pública y el entorno natural. Este basurero, ubicado a orillas de un canal de riego vital para la agricultura local, ha acumulado desechos durante años, afectando no solo el agua del canal, sino también las tierras agrícolas que lo rodean.
Cada día, camiones de la Alcaldía de Nizao y del pueblo Don Gregorio depositan toneladas de desperdicios en este terreno, propiedad de un particular que recibe pago por su uso. Aunque el vertedero se encuentra cerca del centro del pueblo, la actividad de descarga de basura se ha normalizado al punto de que los trabajadores agrícolas y los «buzos» que buscan objetos valiosos entre los desechos, continúan sus actividades a pesar de las condiciones insalubres.
El humo constante de la quema de basura, el mal olor, y la contaminación del agua del canal son solo algunas de las señales del daño ambiental que este vertedero está causando. A pesar de esto, no existe una clara identificación de los responsables de la quema, y los residentes de Nizao no cuentan con otro lugar donde depositar su basura.
En medio de este escenario de degradación, se encuentra una pareja que ha hecho de este vertedero su hogar, viviendo en condiciones extremadamente precarias, sin acceso a servicios básicos como electricidad, agua potable, o un techo adecuado. Su situación refleja la desesperanza que ha traído la falta de soluciones efectivas a este problema.
La crisis en Nizao pone en evidencia la necesidad urgente de una intervención que resuelva tanto los problemas ambientales como las condiciones de vida de quienes se ven obligados a sobrevivir entre la basura.
