
Han pasado más de seis décadas desde que el puente Madrigal, conocido como el de La 40, colapsó tras una crecida del río Haina, y los residentes de Villa Altagracia, en San Cristóbal, continúan esperando su reconstrucción. Construido originalmente durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, este puente era vital para conectar a comunidades como La Cuchilla y Medina. A pesar de que se ha hablado de incluirlo en presupuestos estatales, hasta la fecha solo se han realizado mediciones técnicas sin que inicien los trabajos.
La falta del puente ha generado aislamiento, dificultades en el transporte y una sensación de abandono entre los munícipes. Algunos recuerdan que durante el gobierno de Joaquín Balaguer se intentó una reparación, pero la estructura volvió a colapsar. En 2022 se retomaron gestiones para su reconstrucción, y según líderes comunitarios, el proyecto aparece en el presupuesto de 2025, aunque la población mantiene sus reservas sobre si realmente se ejecutará.
Además del puente Madrigal, preocupa el estado de otras estructuras que cruzan el río, donde las lluvias intensas provocan desbordamientos y acumulación de basura, dejando incomunicadas a varias comunidades. Vecinos reportan daños a vehículos por el mal estado de las vías y casos de personas que han perdido la vida al intentar cruzar durante crecidas. Los residentes exigen atención urgente de las autoridades para resolver una situación que pone en riesgo vidas y frena el desarrollo local.