El expresidente Donald Trump reiteró su decisión de no retroceder en la imposición de aranceles a las importaciones, argumentando que otros países deben equilibrar su comercio con Estados Unidos. Sus declaraciones, ofrecidas a bordo del Air Force One, generaron nuevas preocupaciones en los mercados financieros, que ya registraban caídas significativas. Trump insistió en que las medidas son necesarias para corregir el déficit comercial, afirmando que prefiere «superávits o, en el peor de los casos, equilibrio».
Las nuevas tasas arancelarias, que entrarán en vigor este miércoles, han provocado respuestas mixtas entre aliados y adversarios de EE. UU. Israel y Vietnam han solicitado negociaciones para mitigar los efectos, mientras que la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, expresó su desacuerdo con la medida. En el Congreso, algunos legisladores republicanos promueven un proyecto de ley para limitar la autoridad del presidente sobre los aranceles, exigiendo su aprobación en un plazo de 60 días.
A pesar de las críticas, la administración Trump defiende la estrategia como parte de su visión económica a largo plazo. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, afirmó que los aranceles «definitivamente» se mantendrán por días o semanas, mientras que el asesor económico Kevin Hassett reconoció que otros países están «indignados», pero al mismo tiempo «sentándose a la mesa» para negociar. La incertidumbre económica persiste, mientras los mercados globales siguen reaccionando a las medidas proteccionistas de Trump.
