
Por tercera noche consecutiva, residentes del Distrito Nacional protagonizaron un «cacerolazo» en rechazo a la reforma fiscal propuesta por el Gobierno, que incluye aumentos de impuestos y la eliminación de exenciones a diversos sectores económicos. La protesta se ha extendido por varias zonas de la capital, como Bella Vista, Piantini y Los Cacicazgos, con el sonido de ollas resonando por hasta seis minutos en algunos lugares. La reforma busca recaudar más de RD$122,000 millones anuales eliminando incentivos a industrias como la cinematográfica y el turismo. Ante la creciente presión, el presidente Luis Abinader ha señalado que se abrirán discusiones en el Congreso y que habrá espacio para ceder en ciertos aspectos, reafirmando su compromiso con la búsqueda de consenso.