
El empresario musical Sean «Diddy» Combs permanecerá en prisión tras serle negada la libertad bajo fianza en un caso federal de tráfico sexual. Combs se declaró «no culpable» de las acusaciones que lo vinculan a una red de crímenes sexuales, que incluye abuso físico y coacción a mujeres bajo el efecto de drogas. Los fiscales afirman que Combs utilizaba su poder para manipular a las víctimas en los llamados «Freak Offs», eventos sexuales que grababa y controlaba mediante violencia e intimidación. La defensa sostiene que las acusaciones provienen de relaciones consensuales, mientras que la fiscalía ha entrevistado a más de 50 testigos y víctimas. El caso sigue en desarrollo y podría implicar una condena de hasta cadena perpetua.