
El actor Ryan Reynolds solicitó a la justicia ser excluido de la demanda de 400 millones de dólares que Justin Baldoni interpuso en la batalla legal contra su esposa, Blake Lively. Reynolds argumenta que los señalamientos en su contra carecen de fundamento legal y que su único rol en la situación ha sido el de un «cónyuge solidario».
El conflicto se originó tras la denuncia de Lively contra Baldoni y los estudios Wayfarer, alegando acoso sexual y represalias durante el rodaje de It Ends With Us. En respuesta, Baldoni presentó una contrademanda acusando a la actriz y a Reynolds de desprestigiar su carrera y de intentar manipular el desarrollo del filme. Reynolds, por su parte, defiende su derecho a expresar su opinión, argumentando que calificar a Baldoni como «depredador» es una apreciación protegida constitucionalmente.
El juicio está programado para marzo de 2026, y si la moción de Reynolds no es aceptada, el actor podría verse obligado a testificar en un proceso que ha captado la atención mediática. Ambas partes han declarado que no buscan llegar a un acuerdo.