Los habitantes de La Zurza viven una constante lucha por el acceso al agua potable, debido a la falta de tuberías en la zona y la ausencia de respuestas concretas por parte de las autoridades. Según Toribio de la Rosa, presidente de la junta de vecinos, las familias deben recurrir a la compra de tanques y botellones, o incluso a tomar agua del río Isabela, a pesar de su evidente contaminación. Esta situación, unida al mal estado de las calles, dificulta aún más la llegada de camiones cisterna.
Juliana Contreras, de 61 años, y Yura de Paula, madre de tres hijos, relatan las dificultades diarias para satisfacer necesidades básicas como el aseo personal y el lavado de ropa. Ambas coinciden en que la única opción para muchas familias es utilizar agua del río o de un pozo cercano, exponiéndose a riesgos de salud. La comunidad ha solicitado ayuda a la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) y al gobierno, pero hasta el momento no han recibido soluciones.
Además del problema del agua, los residentes señalan el deterioro de las calles como una preocupación adicional, afectando la calidad de vida en la zona. La comunidad mantiene la esperanza de que las autoridades cumplan con las promesas de mejorar la infraestructura y garantizar el suministro del recurso vital.
