
Durante una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador dominicano, José Blanco, expuso la grave situación en Haití, señalando que las bandas armadas siguen ejerciendo un control significativo sobre el territorio, mientras desafían constantemente a las autoridades locales y a las fuerzas internacionales presentes. Blanco subrayó la urgencia de una acción decidida de la comunidad internacional para enfrentar esta crisis, describiendo a Haití como «fuera de control» y una amenaza tanto para su población como para la región, incluyendo a la República Dominicana.
El diplomático abogó por convertir la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití en una fuerza de mantenimiento de la paz, que permita proteger a los civiles, prevenir conflictos y reforzar la seguridad. Según Blanco, este enfoque es crucial para combatir la violencia de las bandas y apoyar a las autoridades haitianas en la recuperación de la estabilidad. Además, destacó el respaldo de América Latina y el Caribe a esta propuesta, reflejado en resoluciones recientes de organismos regionales.
Blanco concluyó señalando que la crisis haitiana no solo representa un desafío humanitario y de seguridad para Haití, sino que también pone en riesgo la estabilidad de toda la región, exigiendo una respuesta internacional más firme e inmediata.