Tras la victoria electoral de Donald Trump, varios votantes árabes estadounidenses que apoyaron su candidatura por sus promesas de acercamiento con la comunidad árabe están preocupados por los nombramientos que ha realizado hasta el momento. La mayoría de los cargos importantes en su administración han sido ocupados por fuertes partidarios de Israel, lo que ha generado desconcierto entre los residentes árabes de Michigan y otros estados clave que apoyaron al expresidente. Aunque algunos de ellos, como Albert Abbas, consideran prematuro juzgar al mandatario, otros, como Amin Hashmi, expresan su decepción por la falta de cumplimiento de las promesas de paz en Medio Oriente.
Los principales nombramientos que han generado alarma incluyen al exgobernador Mike Huckabee, quien ha minimizado la existencia de los palestinos, y el senador Marco Rubio, quien se ha opuesto a un alto el fuego en el conflicto con Hamás. Además, Trump ha elegido a figuras como Elise Stefanik para representar a Estados Unidos en la ONU, quienes se han mostrado fuertemente a favor de la política israelí. Estas selecciones han sido bien recibidas por los sectores pro-Israel, pero han dejado a los votantes árabes, que confiaron en sus compromisos de paz, con un sentimiento de frustración y desconfianza.
Mientras tanto, figuras clave que participaron en la campaña para acercar a Trump a la comunidad árabe, como Massad Boulos y Richard Grenell, aún no han recibido un papel relevante en el gabinete, lo que ha intensificado la sensación de abandono por parte de la administración. Los votantes árabes esperan que Trump cumpla sus promesas de resolver el conflicto en Medio Oriente, pero la falta de claridad en sus propuestas deja en el aire las expectativas de cambio.
