La disputa legal entre OpenAI y el multimillonario Elon Musk escaló esta semana, cuando la compañía detrás de ChatGPT presentó una contrademanda acusando al empresario de competencia desleal e interferencia con sus relaciones comerciales.
La acción legal, interpuesta ante un tribunal federal en California, forma parte de la creciente tensión entre Musk y la firma que ayudó a fundar hace una década. Según OpenAI, el fundador de Tesla y SpaceX ha lanzado una “campaña ilegal de acoso, interferencia y desinformación” que ha afectado negativamente el funcionamiento y desarrollo de la empresa.
Una batalla que se intensifica
Esta contrademanda responde a una serie de acciones legales iniciadas previamente por Musk, quien argumenta que OpenAI ha traicionado su misión fundacional como una organización sin fines de lucro dedicada a la investigación abierta en inteligencia artificial.
En marzo pasado, una jueza federal rechazó el intento de Musk de impedir legalmente que OpenAI continuara operando como empresa con fines de lucro, aunque permitió avanzar con otras reclamaciones en un juicio previsto para marzo de 2026.
Una oferta “ficticia” de compra
En su contrademanda, OpenAI sostiene que Musk presentó en febrero una oferta falsa de compra para adquirir una participación mayoritaria en la organización sin fines de lucro por un monto de 97,400 millones de dólares. Según la demanda, la cifra fue inspirada en el personaje ficticio “974 Praf” de la novela de ciencia ficción Look to Windward, del escritor Iain M. Banks, autor favorito del empresario.
La empresa asegura que reconoció la oferta como una burla y que ha tenido que desviar recursos legales y operativos para enfrentar la situación, sufriendo perjuicios en el proceso.
Respuesta del equipo legal de Musk
Marc Toberoff, abogado de Musk, respondió este miércoles en un correo electrónico afirmando que la oferta era seria y que la junta de OpenAI “debió haberla considerado genuinamente”. También criticó la reacción de la empresa al señalar que “pagar el valor de mercado justo por los activos de OpenAI no debería considerarse una interferencia”.
La confrontación entre OpenAI y uno de sus fundadores más influyentes deja en evidencia el conflicto entre visión, control e intereses económicos en el desarrollo de la inteligencia artificial.
