La representante especial de Naciones Unidas para Haití, María Isabel Salvador, ha advertido que la misión de seguridad liderada por Kenia será «insuficiente» si no se resuelven primero los problemas sociales subyacentes del país. Salvador, durante una entrevista, señaló que la violencia y la guerra no abordan los problemas socioeconómicos, sino que pueden empeorarlos.
Haití, sumido en una crisis de décadas, se enfrenta a un grave desgobierno e inseguridad, agravados desde el terremoto de 2010 y el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021. La situación se ha deteriorado aún más con la dimisión del primer ministro Ariel Henry este año. La ONU informó que el primer trimestre de 2024 fue «el más violento» registrado, con 2,500 casos de muertes violentas o heridas graves causadas por bandas criminales.
Salvador enfatizó que las bandas dependen de financiamiento externo y flujos de armamento sofisticado, utilizando incluso drones para planificar ataques. Pidió un mayor control del flujo de armas, que también alimenta otros tráficos como el de personas y drogas.
Un informe de la ONU reveló que armas como pistolas de 9 milímetros y rifles AK47 llegan a Puerto Príncipe principalmente desde Florida, Texas y Georgia (EE.UU.). La misión internacional, encabezada por Kenia, ha desplegado un primer contingente de 200 agentes, con la meta de alcanzar hasta 3,000 policías. Sin embargo, algunos expertos han cuestionado sus capacidades limitadas.
Varios países han prometido personal y apoyo, mientras que EE.UU., Canadá y Francia solo proporcionarán equipamiento y financiación. A pesar de las protestas en Kenia, Salvador confía en el compromiso del presidente William Ruto para apoyar la misión en Haití.
La representante especial destacó la necesidad de no abandonar a Haití, comparando la situación con otras crisis globales como Gaza, Ucrania y Sudán. Instó a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos para ayudar a Haití a salir de su prolongada crisis.
