
En República Dominicana, más de 415 centros educativos siguen sin concluirse tras haber iniciado su construcción entre 2012 y 2015. Estas obras, algunas con más de una década de paralización, están distribuidas en provincias como La Vega, Duarte, Azua, Santo Domingo y Espaillat. Muchas de las edificaciones muestran signos de abandono, como maleza, accesos cerrados con zinc y calles deterioradas.
Entre los casos más representativos está el Centro Educativo Colonia Húngara, en Constanza, con 13 años de construcción y apenas un 10% de avance, según su directora. En San Francisco de Macorís, varios planteles como el Politécnico Las Caobas y la Escuela Básica Loma de la Joya llevan entre 12 y 15 años detenidos. En Los Alcarrizos y Sabana Perdida, las edificaciones han sido incluso ocupadas ilegalmente o vigiladas por militares para evitar invasiones.
La prolongada paralización de estas obras ha forzado una sobrepoblación en los centros educativos en funcionamiento, según ha denunciado la Asociación Dominicana de Profesores. Mientras tanto, el presidente Luis Abinader ha prometido para este 2025 la construcción de 250 nuevas escuelas, sin precisar fecha de entrega, lo que genera más dudas que esperanzas en muchas comunidades educativas.