En la recién concluida primera legislatura ordinaria del cuatrienio 2024-2028, los senadores dominicanos destacaron por altos niveles de inasistencia y una baja producción legislativa. A lo largo de 32 sesiones desde agosto hasta enero, varios legisladores fueron notables por sus ausencias tanto en el hemiciclo como en las comisiones. A pesar de estos registros, el incumplimiento de deberes no afectó sus salarios, que incluyen beneficios adicionales como gastos de representación y dietas, sumando un total de RD$320,000 mensuales.
En el Senado, el artículo 63 del reglamento especifica la obligación de asistir puntualmente a las sesiones, con excepciones limitadas como enfermedades o representación oficial. Por otro lado, el artículo 64 advierte sobre posibles investigaciones éticas por ausencias reiteradas sin justificación suficiente. Además, muchos legisladores presentan pocas iniciativas individuales, prefiriendo respaldar proyectos colectivos, lo que genera debates sobre la verdadera productividad legislativa.
En la Cámara de Diputados, la inasistencia también fue notable durante las 41 sesiones realizadas en el mismo período. Aunque el reglamento contempla sanciones para ausencias injustificadas, como amonestaciones y suspensiones de beneficios, estas medidas rara vez se aplican, dejando un margen significativo para mejorar la rendición de cuentas y la eficiencia legislativa en el país.
