
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, evalúa cuidadosamente su respuesta tras el reciente ataque de Irán, que lanzó una andanada de drones y misiles en la noche del sábado. Este evento marca el primer ataque directo de Teherán en territorio israelí, generando una situación de incertidumbre en la región y presionando a Netanyahu para calibrar una respuesta que evite una escalada en Oriente Medio.
Netanyahu convocó a su gabinete de guerra y solicitó el apoyo de su principal aliado, Estados Unidos, mientras mantiene el suspenso sobre las medidas que tomará el país frente a la agresión de Irán. En una declaración, Netanyahu instó a la comunidad internacional a permanecer unida frente a la amenaza que representa Irán para la paz mundial.
El ataque de Irán se produjo en respuesta a un bombardeo contra su consulado en la capital de Siria el 1 de abril, presuntamente perpetrado por Israel. Esta situación ha generado tensiones adicionales en la región, con Estados Unidos expresando su deseo de evitar una escalada del conflicto en Oriente Medio y advirtiendo que no participará en una operación contra Irán.
Mientras tanto, Israel ha elogiado la cooperación con Estados Unidos, Reino Unido y Francia, así como el apoyo de países de la región como Jordania, para interceptar el ataque de Irán. Sin este respaldo, el sistema de defensa de Israel probablemente hubiera sido desbordado por los misiles y drones iraníes.
Ante la posibilidad de una represalia, Israel podría optar por una respuesta más discreta para evitar incomodar a sus aliados. Sin embargo, expertos sugieren que eventualmente Israel tomará medidas, posiblemente de forma encubierta, en el momento y lugar que considere oportuno.
En paralelo, Irán ha cerrado sus instalaciones nucleares por motivos de seguridad ante una posible represalia israelí, según informó el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi. Esta medida refleja la creciente tensión entre ambas naciones y el riesgo de una escalada en el conflicto.