El ejército israelí continúa con su ofensiva en el sur de Gaza, intensificando sus esfuerzos para «aniquilar» a Hamás, lo que reduce las posibilidades de alcanzar una tregua tras cuatro meses de conflicto.
Los intentos por detener los combates en el devastado territorio palestino coinciden con la determinación del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de ingresar a Rafah, una localidad donde reside la mayoría de los palestinos desplazados.
En medio de la ofensiva, se reportaron bombardeos en Rafah y Deir al Balah, con un saldo de al menos 10 personas fallecidas. Este conflicto, que inició con un ataque de Hamás al sur de Israel, ha dejado un número significativo de víctimas civiles y una escalada de violencia incesante.
Las esperanzas de un alto el fuego disminuyen aún más con la amenaza de Estados Unidos de bloquear una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que busca un cese inmediato de las hostilidades. Mientras tanto, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, calificó los eventos en Gaza como un «genocidio», lo que provocó una respuesta negativa de Israel.
El conflicto también ha generado preocupaciones sobre una posible expansión a otras regiones, con el ejército israelí bombardeando objetivos del grupo Hezbolá en el sur de Líbano. Además, en Cisjordania, las fuerzas israelíes han causado la muerte de dos palestinos, exacerbando aún más la situación.
La incertidumbre sobre una tregua en Gaza persiste, mientras la comunidad internacional sigue presionando por un cese inmediato de las hostilidades para evitar una mayor pérdida de vidas y una escalada del conflicto en la región.
