En respuesta a los recientes aranceles del 10 % impuestos por Estados Unidos a países latinoamericanos, República Dominicana enfrenta el riesgo de afectaciones significativas en sectores clave como las zonas francas y productos tradicionales como azúcar, café y tabaco. Estos aranceles, que buscan restringir las importaciones agrícolas, podrían reducir las exportaciones dominicanas, que alcanzaron los 6,489 millones de dólares en 2024. A pesar del tratado de libre comercio DR-CAFTA firmado hace más de dos décadas entre ambos países, la exclusión de estos aranceles sigue siendo una esperanza para mantener la competitividad en el mercado estadounidense.
La medida de Trump ha generado un llamado urgente a diversificar los mercados por parte de los exportadores latinoamericanos, quienes buscan alternativas para contrarrestar los impactos económicos adversos. América Latina y el Caribe, cuyo crecimiento se estima en un 2.5 % para 2025, se enfrenta a desafíos adicionales derivados de factores externos e internos que podrían afectar su desempeño comercial a corto y mediano plazo.
En el contexto regional, países como Brasil y Argentina, grandes exportadores agrícolas, también se ven afectados por los aranceles, mientras que otros, como Ecuador y Colombia, exploran estrategias para minimizar los efectos adversos en productos como flores, banano y café. La situación implica un desafío estratégico para mantener la competitividad en un mercado global cada vez más complejo.
