
El descubrimiento de los cuerpos de seis bebés a las afueras del cementerio Cristo Salvador, ubicado en la avenida Mella del municipio Santo Domingo Este, ha desencadenado una serie de dudas, sorpresa y consternación en la comunidad.
Los residentes de la zona quedaron perplejos cuando, en la mañana de ayer, se encontró el primer cuerpo fuera del cementerio. Este hallazgo llevó a llamar al Sistema Nacional de Emergencias 911, cuyo personal posteriormente ubicó los otros cinco cuerpos. Los bebés, que aún llevaban sus brazaletes de identificación, pañales y medias, fueron descubiertos en las cercanías del cementerio en una bolsa plástica negra.
Alrededor de las 11:00 de la mañana, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) acudió para llevar a cabo el levantamiento de los cuerpos. De los seis recién nacidos, cuatro eran niñas y dos niños, incluyendo a algunos de nacionalidad extranjera. La doctora Angie Vicioso, del Inacif, explicó que los bebés presentaban diferentes estados de desarrollo y edades, y que algunos habían nacido muertos, mientras que otros fallecieron horas después de nacer. Importante destacar que ninguno de los cuerpos mostraba signos de violencia.
El vocero de la Policía Nacional, Diego Pesqueira, confirmó que el caso está bajo investigación y que se proporcionarán más detalles conforme avance la investigación, en colaboración con el Ministerio Público y el Ministerio de Salud.
Sin embargo, tras este perturbador hallazgo, se plantean interrogantes sobre quién es responsable de tratar dignamente estos cuerpos, ya que se encontró una tarjeta de identificación que indicaba que los bebés procedían del Hospital Ciudad Juan Bosch.
Según la directora del Hospital Ciudad Juan Bosch, Marilelda Reyes, el centro había entregado previamente los cuerpos de los bebés a la funeraria La Popular de la Zona Universitaria, con la que tenían un acuerdo de pago para brindar un servicio de sepultura digna.
La directora explicó que en algunas ocasiones, los padres de estos bebés, especialmente aquellos de escasos recursos económicos, no retiraban los cuerpos, lo que obligaba al centro de salud a hacerse cargo de los gastos de sepultura. Según el comunicado emitido por el hospital, los bebés fallecieron debido a diversas causas, como la prematuridad y la sepsis neonatal.
El propietario de la funeraria La Popular, Julián Encarnación Montero, relató que un chofer recogió los cuerpos en el Hospital Ciudad Juan Bosch y los entregó en el cementerio. Sin embargo, se encontró con una situación sorprendente al entregarlos a una persona conocida como «El Grillo». Encarnación Montero expresó su confusión, ya que creía que todo estaba en orden.
El caso sigue siendo objeto de investigación, y las autoridades están trabajando para esclarecer los detalles y responsabilidades en este triste suceso.