Haití continúa sumido en una creciente ola de violencia, con cifras alarmantes en un reciente informe del Secretario General de la ONU. Entre julio y septiembre de este año, se reportaron 1,239 homicidios, más del doble que en el mismo período de 2022. Además, los secuestros aumentaron un 244%, afectando a 701 personas, incluyendo mujeres y niños.
La situación de inseguridad se agrava, y se han registrado linchamientos de 388 personas por su presunta conexión con bandas armadas. María Isabel Salvador, jefa de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití, ha destacado que la violencia de pandillas está afectando gravemente la vida de los haitianos.
Se espera que la llegada de una fuerza de intervención multinacional ayude a mejorar la situación y permita la recuperación del control por parte de la policía haitiana, un paso esencial para la realización de elecciones creíbles y inclusivas. La comunidad internacional, incluyendo Caricom y República Dominicana, ha expresado su compromiso de apoyar los esfuerzos en Haití.
A pesar de estos esfuerzos, la crisis humanitaria en Haití persiste, con hospitales bajo presión, desplazamientos forzados, migración de profesionales de la salud y el cierre de escuelas debido a los enfrentamientos entre bandas. La interferencia extranjera y la falta de una misión multinacional han contribuido a la deterioración de la situación en el país.
