
En Haití, la capital permaneció en calma por segundo día consecutivo, aunque la situación humanitaria sigue siendo crítica debido a la escasez de alimentos. Mientras las bandas armadas parecen haber dado un respiro, los organismos internacionales de ayuda humanitaria claman por más recursos para distribuir alimentos entre los desplazados por la violencia.
La policía informó sobre importantes incautaciones de armas en varias ciudades, incluyendo Cabo Haitiano, y la detención de presuntos miembros de pandillas. Sin embargo, la incertidumbre persiste sobre las acciones del Consejo Presidencial para la Transición de Haití, creado para abordar la crisis en el país.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) destacó que casi la mitad de la población haitiana, alrededor de 5 millones de personas, sufre de inseguridad alimentaria. A pesar de los esfuerzos del Programa Mundial de Alimentos y otras organizaciones, la escasez de financiación amenaza con limitar las operaciones de ayuda.
La crisis también ha afectado gravemente al sistema de salud, con hospitales colapsados y ataques a personal médico. Organizaciones como Médicos Sin Fronteras han abierto centros de traumatología para tratar a los heridos, pero las restricciones de movilidad debido a la inseguridad dificultan el acceso a la atención médica.
Ante esta situación, Naciones Unidas asignó fondos de emergencia para proporcionar alimentos, agua, atención médica y otros servicios básicos a las personas afectadas por la violencia en Haití. Sin embargo, se necesitan más recursos y medidas para abordar la crisis humanitaria en el país.