La falta de vigilancia en las Dunas de Baní sigue siendo motivo de preocupación para la comunidad, a cinco días de la agresión ambiental sufrida en esta área por sectores interesados en su explotación. A pesar de los esfuerzos por denunciar y combatir estos actos, la zona permanece sin la presencia militar necesaria para evitar nuevos daños.
Desde Matanzas hasta Las Salinas de Puerto Hermoso, aproximadamente 15 kilómetros de extensión, no se observa ningún patrullaje por parte de las autoridades competentes. En la zona afectada, donde se han realizado cortes y tala indiscriminada, las empalizadas aún permanecen, parcelando la zona con fines agrícolas bajo permisos medioambientales.
En la comunidad de Las Calderas, se rumorea que el interés de los ocupantes de la zona dañada es realizar una extensa siembra de sandías. A pesar de los anuncios del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales sobre la implementación de infraestructura de control, hasta el momento no se ha visto ningún avance en este sentido.
Los recientes atentados contra las Dunas de Baní, como el corte indiscriminado y la quema brutal de áreas boscosas, han generado una gran preocupación. A pesar de las denuncias de dirigentes comunitarios y los esfuerzos de los ambientalistas, la falta de vigilancia sigue permitiendo estos crímenes ecológicos de dimensiones alarmantes.
Es fundamental que las autoridades tomen medidas inmediatas para proteger esta reserva natural y evitar que siga siendo víctima de daños sistemáticos por parte de ocupantes ilegales. La comunidad espera una acción contundente por parte del Ministerio de Medio Ambiente para preservar este importante patrimonio natural.
