
A pesar de ser un municipio con una importante actividad industrial y comercial, miles de familias en Bajos de Haina continúan enfrentando una grave crisis de agua potable. A dos años de la supuesta inauguración de un acueducto por parte del gobierno, los comunitarios denuncian que la obra no ha solucionado la escasez del recurso y que, en su lugar, deben seguir comprando camiones de agua o construyendo pozos para abastecerse.
La vicepresidenta Raquel Peña y el director del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA), Wellington Arnaud, encabezaron la inauguración en 2023 con una inversión de RD$420 millones, sin embargo, dirigentes comunitarios y el excandidato a la alcaldía, Víctor Manuel Báez, afirman que la obra no es un verdadero acueducto, sino la reparación de un antiguo pozo. Ante esta situación, sectores como Villa Penca dependen del pozo de la Escuela Básica Juan Pablo Duarte, cuyos directivos han asumido la responsabilidad de suministrar agua a más de diez familias.
Los residentes siguen gastando entre RD$500 y RD$1,000 semanales en la compra de agua, afectando su economía familiar. Ante la falta de soluciones, algunos han construido sus propios pozos, como un grupo de 15 familias que invirtieron RD$150,000 para garantizar el acceso al líquido. A pesar de las promesas gubernamentales, la crisis del agua en Haina persiste, dejando a sus habitantes en una lucha diaria por un servicio básico.