El cohete Starship, desarrollado por SpaceX, completó con éxito su sexta prueba en un lanzamiento desde Boca Chica, Texas, con la presencia destacada de Elon Musk y el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Este evento refuerza la alianza entre ambos líderes, quienes buscan proyectar una imagen de innovación y futuro. Durante la prueba, el cohete alcanzó un aterrizaje intacto sobre el océano Índico, aunque no se intentó recuperar su propulsor «Super Heavy».
El Starship, considerado el cohete más grande construido hasta la fecha, tiene como objetivo a largo plazo colonizar la Luna y Marte, además de participar en la misión Artemis III de la NASA. Sin embargo, SpaceX enfrenta críticas de grupos ambientalistas por el impacto de sus actividades cerca de un parque nacional en Texas. Musk, quien tendrá un papel destacado en el próximo gobierno de Trump, liderará iniciativas para reducir la burocracia federal en un nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental.
Este lanzamiento marca un paso más hacia los ambiciosos sueños de Musk de establecer colonias humanas fuera de la Tierra, mientras fortalece los lazos entre la visión empresarial de SpaceX y las políticas del futuro gobierno republicano.
