
A partir de este lunes, entró en vigor una nueva orden ejecutiva del expresidente Donald Trump que prohíbe el ingreso a Estados Unidos de ciudadanos de 12 países, entre ellos Haití, Irán y Afganistán. Esta medida, según la administración Trump, busca reforzar los controles migratorios y prevenir la entrada de personas que representen un riesgo para la seguridad nacional. La medida también incluye a países como Libia, Sudán, Somalia, Yemen, Chad, Eritrea, Guinea Ecuatorial, Birmania y el Congo.
Trump justificó esta acción luego de un reciente ataque contra manifestantes judíos en Colorado, atribuido a un inmigrante egipcio con visa vencida. Aunque Egipto no fue incluido en la lista, el exmandatario citó el incidente como evidencia de la necesidad de frenar la entrada de personas sin una verificación exhaustiva. La orden también impone restricciones parciales a ciudadanos de otras naciones como Cuba, Venezuela y Burundi, permitiendo solo visados temporales bajo ciertos criterios.
La decisión ha generado críticas tanto a nivel nacional como internacional. El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU expresó su preocupación por la amplitud de la medida, mientras que legisladores demócratas en Estados Unidos la consideran inconstitucional y discriminatoria. A pesar de estas objeciones, el veto no aplicará a atletas olímpicos, jugadores del Mundial 2026 ni a personal diplomático de los países afectados.