
El empresario Antonio Espaillat, propietario de la discoteca Jet Set, declaró que en los años de operación del local nunca se realizaron inspecciones estructurales por parte del Estado dominicano. Aunque el Ayuntamiento y el Cuerpo de Bomberos realizaban verificaciones de salidas de emergencia e higiene, no se abordaba el estado de la estructura del edificio. Estas declaraciones se dan tras el colapso del techo del establecimiento ocurrido el pasado 8 de abril, que dejó 232 fallecidos, incluyendo al merenguero Rubby Pérez y a la gobernadora de Monte Cristi, Nelsy Cruz.
Espaillat, quien se encontraba en Estados Unidos cuando ocurrió la tragedia, aseguró que desconocía cualquier indicio que alertara sobre un posible desplome. Indicó que se hacían trabajos menores en los plafones de yeso, pero nunca sospechó de una falla estructural grave. En entrevista televisiva, expresó su disposición a colaborar con las investigaciones del Ministerio Público y afirmó que no ha intentado evadir la justicia. También lamentó profundamente las pérdidas humanas y manifestó su dolor ante lo ocurrido.
La tragedia ha conmocionado al país y provocó la declaración de duelo nacional por seis días. Las autoridades han iniciado una investigación forense y penal para esclarecer las causas del colapso, mientras que al menos cuatro querellas formales ya han sido interpuestas contra Espaillat por familiares de las víctimas. Este hecho ha reavivado el debate sobre la supervisión estatal a locales de entretenimiento y la necesidad de reforzar los controles estructurales en edificaciones de uso público.