La comunidad dominicana en Puerto Rico enfrenta temor e incertidumbre tras las recientes redadas llevadas a cabo por el Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) en el Barrio Obrero de San Juan, un área habitada mayoritariamente por dominicanos. Activistas y residentes denuncian que estas acciones podrían desencadenar una crisis económica y humanitaria en la isla, afectando sectores como la construcción, el trabajo doméstico y el cuidado de ancianos.
José Rodríguez, activista comunitario, expresó su preocupación por la falta de claridad en las políticas públicas y llamó a la gobernadora Jenniffer González Colón a brindar apoyo real a los inmigrantes dominicanos. Además, recomendó a los residentes documentados portar siempre sus papeles en regla y recordó que estas medidas también impactan negativamente a los negocios locales, como peluquerías y otros servicios donde la comunidad dominicana representa una clientela clave.
Por su parte, dominicanos como Leyra Sosa, con más de 20 años en la isla, compartieron su miedo de salir a trabajar, ante la posibilidad de ser detenidos. “Vinimos aquí a trabajar, no a hacer daño. Necesitamos soluciones humanas y justas”, expresó. La comunidad dominicana instó a las autoridades a garantizar el respeto a los derechos humanos y evitar una escalada de tensiones que afecte tanto a los inmigrantes como a la economía local.
