
La educación en la región del Cibao enfrenta una grave crisis con múltiples desafíos que afectan tanto a estudiantes como a docentes. En comunidades rurales como El Aguacate, en Santiago, alumnos del Centro Educativo Multigrados Angelita Suárez reciben clases en una iglesia improvisada tras la demolición de su escuela en marzo de 2024. El limitado espacio ha obligado a trasladar a los estudiantes mayores a otra institución, a la que deben caminar largas distancias en condiciones precarias.
Además, la falta de maestros, personal de limpieza y seguridad escolar agrava la situación en otras escuelas de la región. La Escuela Primaria Rafaela Jiminián de la Cruz, en Santiago Oeste, enfrenta un déficit crítico de docentes debido a pensiones y renuncias no reemplazadas. Mientras tanto, en San Francisco de Macorís, provincia Duarte, las intoxicaciones por pesticidas en plantaciones cercanas han afectado a decenas de estudiantes y maestros, con casos recurrentes en centros educativos como el Hernán José Sánchez.
Las autoridades educativas aún no han dado respuesta a las demandas de reconstrucción de escuelas ni a la solución de estos problemas. Asociaciones de padres, docentes y comunidades claman por acciones inmediatas para garantizar condiciones seguras y dignas para la educación de los niños en esta región clave del país.