El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, enfrenta una creciente presión para renunciar tras casi una década en el poder. Los cuestionamientos a su liderazgo han aumentado debido a la alta inflación y el costo de vida, junto con la reciente renuncia de Chrystia Freeland, exministra de Finanzas, quien criticó duramente su gestión económica. Además, la salida de otros funcionarios clave ha debilitado aún más su posición, mientras el apoyo del Nuevo Partido Democrático, necesario para sostener su gobierno en el Parlamento, se desvanece.
Aunque Trudeau podría optar por mantenerse en el poder, su permanencia parece cada vez más insostenible. Un voto de censura en el Parlamento podría desencadenar elecciones anticipadas, lo que beneficiaría al Partido Conservador, actualmente favorito en las encuestas con un 43% de respaldo frente al 23% de los liberales. Entre los posibles sucesores de Trudeau dentro del Partido Liberal se mencionan figuras como Mark Carney, exgobernador del Banco de Canadá, y Dominic LeBlanc, actual ministro de Finanzas.
Con su partido debilitado y la presión política en aumento, las opciones para Trudeau se reducen. Expertos anticipan que, si no se produce su renuncia o una disolución del Parlamento, una elección podría realizarse en la primavera del próximo año.
