Con la imposición de la ceniza ayer miércoles, la Iglesia Católica inició la Cuaresma, un período sagrado que rememora los 40 años del paso del pueblo de Dios a la tierra prometida y los 40 días que Jesús estuvo en el desierto.
Durante estos 40 días, los católicos dominicanos participan en una serie de actividades preparativas para la Semana Santa, que culmina con la Resurrección el domingo de Pascua. El punto de partida es el Miércoles de Ceniza, cuando los fieles se imponen la ceniza como recordatorio de su mortalidad.
El Miércoles de Ceniza es un día de precepto, y no asistir a las celebraciones litúrgicas, salvo por razones de salud u otras causas justificables, se considera un pecado.
Ayer, cientos de feligreses acudieron a las iglesias de todo el país, donde participaron en misas especiales y recibieron la imposición de cenizas. En la Parroquia San Antonio de Padua, se llevaron a cabo múltiples eucaristías desde la mañana hasta la noche, mientras que en la Catedral Primada de América, la misa fue presidida por el arzobispo Francisco Ozoria.
La ceniza utilizada proviene de la quema de las palmas bendecidas durante el Domingo de Ramos que marca el inicio de la Semana Santa. Las parroquias distribuyen las cenizas entre sus capillas o centros parroquiales para su uso durante las celebraciones.
Durante la Cuaresma, los católicos practican la abstinencia, el ayuno, la reconciliación y la reflexión espiritual. Participan en retiros, procesiones y otras actividades organizadas por las parroquias y diócesis. La Iglesia enfatiza la importancia de participar en estos actos como parte del inicio de la Cuaresma, más allá de conservar la ceniza en la frente.
