
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha implementado un cambio drástico en las políticas migratorias que anteriormente definieron su mandato. Su ministro de Inmigración, Marc Miller, declaró recientemente que «no todos son bienvenidos», reflejando el endurecimiento de las normativas que incluyen la renegociación del acuerdo del «tercer país seguro» con Estados Unidos y una reducción significativa en los números de inmigrantes en los próximos años. Esto genera preocupación entre las organizaciones que trabajan con refugiados, quienes temen que estas restricciones incrementen los cruces irregulares y expongan a los migrantes a mayores riesgos.
Loly Rico, defensora de los derechos de los refugiados, advirtió sobre el peligro de estas medidas, que podrían llevar a situaciones críticas como las vividas en 2022, cuando una familia india murió congelada intentando cruzar la frontera. La posibilidad de un cambio de gobierno hacia líderes con políticas aún más estrictas, como el conservador Pierre Poilievre, añade incertidumbre al futuro de la migración en Canadá, mientras las tensiones en la frontera con EE.UU. continúan creciendo.