
Durante una reunión en la Casa Blanca, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, expresó a Donald Trump su disposición de colaborar con Estados Unidos en la lucha contra el crimen y el terrorismo. Bukele aseguró que, aunque su país es pequeño, está dispuesto a brindar ayuda ante los desafíos de seguridad que enfrenta el gobierno norteamericano. El encuentro se centró en acuerdos migratorios, siendo este el primer recibimiento oficial de Bukele en la sede presidencial de Washington.
En medio del encuentro, Bukele destacó los logros de su gestión en seguridad, afirmando que San Salvador dejó de ser la capital mundial del asesinato y que El Salvador se ha transformado en el país más seguro de Latinoamérica. Esto se produce mientras su gobierno recibe migrantes expulsados desde EE.UU., quienes son recluidos en el controvertido Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una medida que ha generado denuncias de violaciones a los derechos humanos.
El Cecot ya ha recibido a 232 migrantes, principalmente venezolanos, a quienes Washington vincula con el Tren de Aragua, una organización criminal transnacional. Sin embargo, informes recientes revelan que el 90 % de los detenidos no tienen antecedentes penales en territorio estadounidense. Organizaciones de derechos civiles han calificado este proceso como una desaparición forzada, señalando la falta de acceso legal y contacto con sus familias, en lo que se perfila como una de las decisiones migratorias más polémicas del actual mandato de Trump.