El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prohibió nuevas perforaciones de petróleo y gas en más de 670 millones de acres de aguas costeras, incluyendo las costas del Atlántico, el este del Golfo de México, el Pacífico y el Mar de Bering. Esta medida, adoptada bajo la Ley de Tierras de la Plataforma Continental Exterior de 1953, busca proteger los recursos marinos en medio de la transición hacia una economía de energía limpia y ante la amenaza de la crisis climática.
En su declaración, Biden argumentó que los riesgos ambientales, de salud pública y económicos de nuevas perforaciones no justifican su potencial energético. La decisión ha sido bien recibida por organizaciones ambientales, mientras que críticos, incluidos representantes del próximo gobierno de Donald Trump, la califican como un obstáculo político. Trump, quien asume el poder próximamente, prometió revertir la medida, destacando su compromiso con aumentar la producción de combustibles fósiles para reducir costos.
Esta decisión marca uno de los últimos esfuerzos de la administración Biden por consolidar su legado climático, destacando la preservación histórica de áreas naturales. La Casa Blanca enfatizó que esta prohibición es legalmente compleja de revocar, aunque no imposible, según el expresidente Trump, quien ha reafirmado su intención de favorecer la industria de los combustibles fósiles.
