
Los recientes nombramientos del presidente Luis Abinader para representar a la República Dominicana en 10 países han desatado críticas debido a la falta de experiencia diplomática de algunos de los nuevos embajadores designados. Entre los países afectados se encuentran China, Países Bajos, Costa Rica, y la Santa Sede, cuyas relaciones estratégicas requieren perfiles especializados para abordar temas sensibles como comercio, cooperación internacional y límites marítimos.
Figuras como Carlos de la Mota, un actor y arquitecto sin trayectoria en relaciones internacionales, y María Amelia Marranzini, sin experiencia previa en el servicio exterior, han sido designados en puestos clave. Esto ha generado inquietudes sobre el manejo de la política exterior del país, especialmente en casos como China, donde la relación diplomática es reciente pero crucial para la cooperación económica y comercial.
Las críticas también han recaído en la designación de Víctor Valdemar Suárez como embajador ante el Vaticano, un exdiputado sin experiencia diplomática, y Jorge Gerardo Marte Báez, quien asumirá la representación en Argentina, un país con un panorama político complejo bajo la gestión del presidente Javier Milei. Estas decisiones, junto con otras similares, plantean dudas sobre el rumbo de la política exterior dominicana en un momento en que la estabilidad y las relaciones estratégicas son esenciales.