
Una investigación militar interna reveló que soldados israelíes actuaron bajo un “malentendido operativo” que condujo a la muerte de 15 trabajadores médicos palestinos durante un tiroteo en marzo en Rafah, Gaza. Entre los fallecidos se encontraban miembros de la Media Luna Roja, Defensa Civil y un empleado de la ONU. El informe señala que el subcomandante del batallón confundió las ambulancias con vehículos de milicianos de Hamás y abrió fuego creyendo que sus tropas estaban en peligro. El oficial fue destituido por su papel en el incidente y por ofrecer un reporte incompleto sobre el tiroteo a un vehículo de la ONU.
Las imágenes captadas muestran que las ambulancias estaban claramente identificadas, con luces destellantes y logotipos visibles. A pesar de ello, las fuerzas dispararon por más de cinco minutos, incluso contra un vehículo de Naciones Unidas. Los cuerpos y los vehículos fueron enterrados en una fosa común, supuestamente para evitar que fueran dañados por animales, aunque la ONU calificó la acción de inadmisible y exigió rendición de cuentas. No se encontraron armas en los vehículos ni se demostró que los paramédicos estuvieran armados.
La ONU y organizaciones de derechos humanos han cuestionado el compromiso de Israel con la transparencia y la justicia en este tipo de incidentes. Más de 150 trabajadores de emergencia y 1,000 profesionales de la salud han perdido la vida durante el conflicto, sin que existan investigaciones independientes. La Corte Penal Internacional mantiene abiertas acusaciones por crímenes de guerra contra altos funcionarios israelíes, mientras el gobierno de Netanyahu insiste en que su sistema legal es capaz de rendir cuentas.