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Muere Mario Vargas Llosa, ícono de la literatura latinoamericana, a los 89 años

El mundo de las letras se encuentra de luto. El reconocido escritor y Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, falleció este miércoles en Lima a los 89 años, rodeado de sus seres queridos y en un entorno de serenidad, según confirmó su familia.

A través de un comunicado, sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana informaron que no se realizará ceremonia pública, y que los restos del novelista serán incinerados, como fue su voluntad.

Vargas Llosa fue una de las figuras centrales del llamado «Boom Latinoamericano», destacando por su narrativa incisiva y realista, que abordaba temas profundos como la política, la violencia, el amor y el poder. Obras como La ciudad y los perros, La casa verde, Conversación en La Catedral y La fiesta del Chivo lo posicionaron como un faro de la literatura contemporánea.

Nacido el 28 de marzo de 1936 en Arequipa, Perú, Mario Pedro Vargas Llosa vivió parte de su infancia en Bolivia. Desde joven sintió inclinación por las letras, escribiendo su primera pieza con solo ocho años. Se formó en Derecho y Letras en la Universidad de San Marcos en Lima y consolidó una carrera literaria y ensayística prolífica e influyente a nivel global.

Sus relaciones personales también llamaron la atención pública, incluyendo su primer matrimonio con Julia Urquidi, quien inspiró su novela La tía Julia y el escribidor. Más adelante, contrajo matrimonio con Patricia Llosa, con quien tuvo tres hijos. En años recientes, su relación con Isabel Preysler fue también objeto de seguimiento mediático.

Vargas Llosa no fue ajeno a la controversia. Sus posturas políticas y sociales, a veces polémicas, no pasaron desapercibidas. En 2013, generó reacciones en República Dominicana por su artículo “Los parias del Caribe”, en rechazo a la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional. Sin embargo, una década después, el presidente dominicano Luis Abinader le otorgó la nacionalidad, destacando el vínculo entre el escritor y la isla.

“Este país es un ejemplo de los problemas que tienen solución, y me encantaría pasar también un período de exaltación y realización en la República Dominicana”, expresó Vargas Llosa en el acto donde aceptó formalmente su nacionalidad dominicana.

Además de su legado literario, deja una huella imborrable en la historia cultural y política de Iberoamérica. Hasta el final de sus días, mantuvo su pasión por las letras. “Seguiré escribiendo hasta el último día de mi vida”, prometió. Y cumplió.

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