
Estados Unidos ha iniciado una masiva operación de deportación, arrestando a 538 migrantes ilegales y expulsando a cientos de ellos en aviones militares, en lo que la Casa Blanca ha proclamado como la mayor acción de este tipo en la historia del país. Esta medida se lleva a cabo poco después de que Donald Trump declarara un estado de emergencia nacional en la frontera con México y firmara varios decretos migratorios al iniciar su segundo mandato.
Dos aviones militares, uno transportando a 79 personas y otro con un número no especificado, llegaron a Guatemala como parte de esta operación, aunque las autoridades locales no confirmaron si estaban vinculados específicamente con la acción de Trump o si ya estaban programados previamente.
El presidente Trump, quien durante su campaña prometió una dura postura contra la migración irregular, ha sido criticado por algunos expertos y activistas de derechos humanos como Aaron Reichlin-Melnick, quien calificó la operación como «pura propaganda». A pesar de las críticas, la administración ha subrayado su determinación de enviar un mensaje contundente sobre las consecuencias de la entrada ilegal a Estados Unidos.