
Los residentes de La Victoria, recientemente elevado a municipio, enfrentan un cúmulo de problemas que alteran su calidad de vida: basura acumulada, zanjas peligrosas, calles en mal estado y altos niveles de delincuencia. Los comunitarios acusan al alcalde Miguel Saviñón, conocido como “El Gringo”, de no atender las necesidades de la comunidad. La falta de recolección de desechos ha convertido las inmediaciones de la cárcel en un basural, mientras el deterioro de las calles y la inseguridad agravan la situación.
Los moradores denuncian que la contaminación afecta la salud, especialmente de niños, y dificulta el comercio local. Además, los motoconchistas sufren extorsiones por parte de delincuentes y presuntas irregularidades de algunos policías, quienes los acusan injustamente para justificar operativos. Ante el abandono de las autoridades, los vecinos claman por soluciones inmediatas y exigen que las promesas de desarrollo municipal se cumplan.