
Israel y Hezbolá se han acusado mutuamente de violar el cese al fuego acordado la semana pasada, tras dos meses de enfrentamientos que dejaron miles de muertos. Este lunes, Israel bombardeó varias posiciones en el sur del Líbano en respuesta a un ataque de Hezbolá contra una base militar israelí, alegando que fue una acción defensiva ante violaciones previas de la tregua. Los ataques dejaron al menos nueve fallecidos en Líbano, según un reporte preliminar del Ministerio de Salud libanés.
Por su parte, el movimiento libanés afirmó que sus disparos hacia «las colinas ocupadas de Kfar Shuba» fueron una primera respuesta a las presuntas infracciones de Israel. Mientras tanto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el ataque de Hezbolá como una «grave violación» de la tregua y prometió represalias contundentes. Autoridades libanesas, como el presidente del Parlamento, Nabih Berri, acusaron a Israel de romper el acuerdo más de 50 veces y solicitaron la intervención de los mediadores internacionales.
El alto el fuego, impulsado por Estados Unidos y Francia, busca poner fin a las hostilidades y prevé la retirada de las fuerzas israelíes del sur del Líbano en un plazo de 60 días, así como el repliegue de Hezbolá al norte del río Litani. Sin embargo, los recientes enfrentamientos ponen en riesgo la estabilidad de este acuerdo, mientras la comunidad internacional examina las acusaciones de ambos lados.