
La capital dominicana enfrenta un grave problema con la acumulación de chatarras en sus calles y aceras, obstruyendo el tráfico y dificultando el paso de peatones. Estas unidades en desuso, conocidas como «chatarras», no solo representan un peligro para la seguridad vial, sino que también deterioran la imagen urbana.
Los automóviles abandonados presentan características inconfundibles: sin puertas, oxidados, sin neumáticos y, en algunos casos, usados para la venta de piezas. Juan Hernández, residente de la calle 15 Luis Reyes Acosta en Villa María, destaca que estas chatarras dan mala imagen al sector, sirven de criadero de ratas y obstaculizan el parqueo.
En la calle Osvaldo García de la Concha (anteriormente La 23) en Villa Juana, se observan cuatro vehículos abandonados en una sola línea de calle, en condiciones deplorables. Steven Nolasco, administrador de una casa en el sector El Edén de Villa Mella, denuncia que un vehículo viejo ha estado estacionado frente a la propiedad durante al menos seis meses, afectando la apariencia y el alquiler del inmueble.
Otras áreas afectadas incluyen las calles Eduardo Brito en Los Mameyes, Francisco del Rosario Sánchez en Guachupita, y Antonio Mayi Reyes en Villa Juana. En esta última, un complejo de apartamentos enfrenta el problema de vehículos abandonados usados como depósito de objetos y para la venta de piezas.
Desde el ayuntamiento y la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (DIGESETT), se informó que se realizan remociones de vehículos chatarras en coordinación con el ayuntamiento. El director de la DIGESETT, general Francisco Osoria de la Cruz, se reunió con miembros de la Cámara de Diputados para discutir el fortalecimiento de la Ley 63-17 sobre Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial.
La ley establece que el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT) y los ayuntamientos deben regular el uso de las vías públicas y realizar inspecciones técnicas anuales a los vehículos para garantizar que no representen un peligro ni contaminen el medio ambiente.
Es necesario que las autoridades intensifiquen las acciones para remover estos vehículos abandonados y mejorar la seguridad y apariencia de las calles de Santo Domingo.