
El Vaticano ha emitido una declaración titulada «Dignidad Infinita», donde condena enérgicamente las cirugías de confirmación de género y la gestación subrogada, equiparándolas con el aborto y la eutanasia como prácticas que atentan contra la dignidad humana.
Esta declaración de 20 páginas, desarrollada durante cinco años por la oficina de doctrina del Vaticano, fue aprobada por el papa Francisco el pasado 25 de marzo y finalmente publicada el lunes. En ella, el Vaticano reafirma su oposición a la «teoría de género» y sostiene que el género de una persona es intrínseco y no puede ser cambiado.
El documento señala que cualquier operación de cambio de sexo «corre el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción». Sin embargo, hace una distinción entre las cirugías de transición y las «anomalías genitales» presentes al nacer o desarrolladas más tarde, aceptando la intervención médica en estos últimos casos.
Además, la declaración condena la criminalización de la homosexualidad en varios países, en línea con las afirmaciones del papa Francisco en 2023, donde declaró que «ser homosexual no es un delito». El documento también aborda otras preocupaciones del papa, como la pobreza, la guerra y la migración forzada.
En cuanto a la gestación subrogada, el Vaticano sostiene que viola la dignidad tanto de la gestante como del bebé, afirmando que el niño tiene derecho a una vida que manifieste la dignidad tanto de quien la da como de quien la recibe.
Este pronunciamiento del Vaticano se produce en un momento en que las personas trans enfrentan crecientes desafíos en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos, donde se están debatiendo normativas que restringen la atención médica a jóvenes trans y se promueven leyes que limitan sus derechos en diversos ámbitos.