
Las bandas armadas han tomado el control de los alrededores del Hospital Universitario Estatal de Haití en Puerto Príncipe, en medio de una situación de violencia desenfrenada que ha dejado a la ciudad prácticamente abandonada. A pesar del estado de emergencia y el toque de queda, la presencia policial es escasa y la población se enfrenta a una grave crisis de seguridad.
Grupos armados pertenecientes a la coalición ‘Vivre Ensemble’, liderada por «Barbecue», han saqueado y quemado numerosas propiedades en la zona, incluyendo escuelas, clínicas y automóviles. Aunque la Policía Nacional de Haití ha llevado a cabo operaciones para combatir a estos grupos, la violencia persiste y la población sigue en peligro.
El comandante en jefe de la Policía Nacional ha ordenado intensificar las operaciones para proteger a los ciudadanos y sus propiedades. Sin embargo, la situación es alarmante, con pacientes abandonados en un hospital cerrado y una creciente inseguridad alimentaria y sanitaria.
La violencia armada también está afectando gravemente a la población infantil, con más de 125,000 niños en riesgo de desnutrición aguda grave. Organizaciones como Unicef advierten sobre la urgente necesidad de seguridad para garantizar el acceso a servicios vitales y la distribución de ayuda humanitaria.
Mientras tanto, el proceso de transición política en Haití sigue estancado, con dimisiones y disputas internas en el consejo presidencial. La incertidumbre política agrava la crisis en el país caribeño, donde la población enfrenta múltiples desafíos en medio de la violencia y la inestabilidad.